Hacer una revista es un acto cultural y colectivo. Siempre. Realizarla solo en papel y acompañarla con se-rigrafías de Enrique Breccia y Cacho Mandrafina es un hecho,atípico en modo contemporáneo.
La singularidad es a partir de estos dos grandes maestros, camaradas que supieron más de una vez congeniar artísticamente con fuertes condimentos políticos, y hoy nos brindan solidariamente su arte, para que lo podamos trabajar artísticamente sobre el papel para ofrendarlo; y así poder producir este emprendimiento asociativo que comenzamos con toda la voluntad y decisión de imprimir y no publicarlo en la red.
Como todo acto cultural es colectivo, nos nutrimos de los consagrados o experimentados y de los noveles autores inéditos, porque un mundo que crece constantemente se inclina a reducir los espacios de participación, aseverando una lógica corrosiva que identifica las políticas de consumo con el capitalismo que todo lo consume, que todo lo transforma a otra modernidad que ha demostrado ser una estafa, pero que no por eso se diluye, sino más bien se consolida.

Hemos determinado una dinámica de constante renovación en este emprendimiento para que participen y se exhiban los enormes talentos que surgen constantemente. Lo hacemos con un fuerte carácter federal.
Esta iniciativa funciona gracias a la activa presencia de compañeros (poli funcionales) que son vitales e imprescindibles, y unos auténticos HdeP.
Es el caso de Beto Lorenzo con quien nos conocemos desde épocas remotas de cuando él era la mano derecha del maestro Francisco Solano López – fue quien lo bautizó “poli funcional”-y con el que congeniamos rápidamente. Un destacado artista del tablero y la escritura, profuso, constante, leal compañero.
En épocas de reducción de la lectura, apostábamos por más lectura. ¡Leer es crecer!
Pasaron los años, nos pasó la Argentina por encima como un camión con aco-plado, y el “Viejo” Solano López se nos fue de gira.
El bondi quedó en el garaje, a la espera de rutas más adecuadas para transitar. Lo impensado, lo mágico, iba a ser que ese recorrido lo retomáramos después de una década y que fuera en el año 2018, pleno desgobierno de uno de los endeudadores seriales más grande de nuestra historia. Frente a la opción de re inventarse laboralmente poniéndose a fabricar cerveza artesanal o manejar drones, decidimos poner en marcha un sello editorial y hacer rodar el bondi. Y para que todo sea casi delirante ¡con una revista de 136 páginas a color y con una tapa fantástica!
Le dije a Beto que iba a sacar el bondi a la calle y ponerlo a rodar. Una agenda ecléctica y el azar nos juntaron en un bar de Congreso y terminamos de armar la propuesta. Me di cuenta que estábamos parados en el kilómetro cero del país y esa circunstancia la convertimos en metáfora de lo que ya era la ideología y los principios del proyecto: que fuera la iniciativa lo más amplia y federal posible, haciendo hincapié en la igualdad de participación geográfica y de género. –“¿El bondi, lo vamos a manejar nosotros solitos?” me preguntó inquieto Beto después de escuchar atentamente y tomar el primer sorbo del café. Y acotó –“Me da la impresión que vamos a necesitar que más locos se suban al colectivo …” Y así fue que se nos sumó otro luchador: el Seba Maissa, artista combativo que ha destinado su trazo a nutrir el campo cultural de lucha política y denuncia social, hombre de campo.
Beto ya había acercado a una pluma intrépida y entusiasta como pocas, quien además de aportar letra , ordenaba como un 6 en la cancha a su equipo y que con acertada recomendación, más allá de su conocimiento y la-bor con la escritura más su sentido de integración, nos aportaba su más que necesario conocimiento editorial: es el Petru para nosotros, cuyo DNI dice Néstor Petruccelli, guionista (groso ). Así ya teníamos armada la primera línea para la avanzada…
De entre aquellos que me habían quedado grabados por su calidad artística y temperamento de varios concursos organizados en tiempos pasados, fue el Agustín I-riart, terrible artista campero, quien también se subió a nuestro bondi y así arrancamos a rodar, a cultivarnos y cultivar a pares. Así se fue haciendo el bondi colectivo y federal.
Hacemos cultura y política a partir de lo que con nosotros hicieron culturalmente otros sobre nosotros, cuando empezamos a ser otros de nosotros mismos y otros de esos otros que éramos en un principio.
Hemos sido cultivados y de ese cultivo cosechamos este fruto. Ahora, somos nosotros quienes a partir de ser y con todo ese bagaje de historias somos y hacemos la HdeP. Como vos, como él y el otro, aunque disimule, sabés que también lo es. Todes so-mos en muchos momentos de la vida unes HdeP, todos somos atravesados por la po-lítica. Estas políticas pueden ser: públicas, las que nos hacen cargar con las cagadas de unos pocos que vamos a pagar entre todos durante mucho tiempo y otras que serán más de supervivencia y breves, y muchas efímeras. También están las políticas empresariales (mal llamadas privadas , habría que ver de qué ) que nos hacen comprar sus productos o servicios pa-ra ser definitivamente felices pero resulta que hay que estar siempre comprando la felicidad, y en particular si se quiere que sea para siempre, porque si no, se pudre.
La variedad de políticas es tan amplia como la del carácter de las personas. Las hay de consumo ya sea de una compañía de música o de la editorial dominante. Uno puede creer que compró lo que quiso y no lo que le impusieron sutilmente durante semanas a través de los medios (los que median entre un interés y una necesidad inventada). La lógica que aplican es la atracción, te quieren… si, pero de cliente (de rehén). Es muy sutil la diferencia.
Tan ficticio como creerte el periodismo independiente. Una cosa es “digo lo que quiero” (porque me pagan); y otra: como nadie me paga, digo lo que quiero porque soy independiente… Ya no es tan ligera la diferencia.
Podemos estar de a-cuerdo o no. Podemos pensar lo mismo y ser bien distintos, pero la decisión de qué hacemos con todo esto, sin dudas, será política. La vida misma de cada uno de nosotros es una historia y sin temor a exagerar la podemos catalogar de historieta cuando se entrecruzan múltiples puntos de vista, miradas y opiniones diversas. Así, éstas nos van formateando y según el visualizador que utilicemos las entenderemos de una forma u otra. Esta amalgama de información que recibimos ha-ce nuestra historia. Entonces ¿la historia que se escribe es la verdad?
Sucesos, secuencias y viñetas nos permiten conformar nuestras Historietas de Política, que van a modelar nuestra identidad y de tantos otros también.
De esto que tomamos de unos y otros, es lo que nos hará diversos y parecidos a los otres, pero siempre seguiremos siendo nosotros con aquellos otros que fuimos.
Una revista se conforma de las raíces latinas «re» y «vistus» y significa volver a ver, o volver a ser visto. Hace referencia a algo cíclico, a algo que se repite, que se vuelve a ver. La HdeP, la hacemos de tal forma que esto, lo tengas que hacer un sinfín de veces, hasta convertirte en un locolectivo. La otra característica de una re-vista es su periodicidad, dado que se imprime en determinado tiempo para llegar a manos del lector en determinados días. Nosotros salimos cuando podemos.
Podríamos ser los hijos de Fierro, pero somos los HdeP.
Una revi libro. Bienvenidos al bondi. Bienvenidos a Locolectivo.